Y esta vez también lo hicimos! Hacer… Qué? para no contagiarse de covid, y qué más. Hemos estado en Francia y Suiza., países donde las mascarillas no son obligatorias, y por tanto su uso es muy limitado y absolutamente discrecional. Por no hablar de Turquía, especialmente en estambul, donde a la famosa dama "No hay Coviddi" se le debe otorgar la ciudadanía honoraria. Sobre nuestro viaje organizado al Sultanato de Erdoğan, de sus luces y sombras tal vez escribamos sobre ello en el futuro ya que este post está dedicada a la exposición de la expedición en Alsacia, limpiar, come sempre, de mi guía turístico personal.
Solo para tener un buen comienzo, quiero detenerme por completo de inmediato., o que este viaje fue el último clavo clavado en el ataúd de mis viajes en tren para los que está prevista una conexión en Milán. NO MÁS. No competir con su Frecciarossa por París, Trenitaglia ha decidido bien dejar morir a Thello, el tren nocturno en la ruta Venecia Santa Lucia - Paris Gare de Lyon. Demasiado conveniente para nosotros bajar en Dijon por la mañana y desde allí tomar un TGV a Estrasburgo., realmente demasiado cómodo. Entonces nos vimos obligados a llevar una flecha a Milano Porta Garibaldi, flecha por así decirlo ya que llegó tarde, y luego luchar para averiguar de dónde saldría pronto el tren para Basilea. De hecho a la emisora le falta mucha información sobre los andenes, situación que se complica aún más por el hecho de que para pasar de las vías de paso a las de cabeza hay que emprender un camino laberíntico y mal señalizado. Solo para que no se demuestre lo contrario, en el camino de regreso, la plataforma del tren para Venecia se especificó solo unos minutos antes de la salida. Ya nosotros con dos hijos trolley luchamos subiendo y bajando pasillos y escaleras hasta la plataforma, así que me pregunto si esos calentadores contratados para la competencia se dan cuenta de lo complicado que puede ser moverse allí con un equipaje que es solo un poco más voluminoso y quizás con algunas dificultades de movilidad.. Cuando vuelva a Alsacia, me iré de Austria., desde Villach vía Mannheim o con el hermoso nightjet Wien – Estrasburgo, o de nuevo, razón extrema, con Flixbus desde Venecia (avión tampoco, gracias), y el mismo anatema se aplica también a todos los demás viajes que tendré la suerte de hacer en Europa. Bene, ahora que me he quitado este guijarro puntiagudo del zapato puedo pasar a cosas más agradables, ovvero il European Patchwork Crossroads 2022.
O eso uno espera.
Aunque Trenitaglia mató a Thello, el cómodo tren nocturno que nos llevó a Dijon, mi agencia de turismo personal encontró la manera de llevarme a Sélestat e, ça va sans dire, hazme ir a casa. Tanto es así que se sabe, no es fácil partir hacia Europa desde callejón sin salida donde yo vivo, al menos en tren, y aunque te tentara el avion (que no amo) los vuelos directos al norte de Europa se cuentan con los dedos de una mano.
Allora, nos vemos arriba?
Dos años, casi.
Era el amanecer de 26 ottobre 2019 cuando me subí al tren a Austria para ver una exposición patchwork ad Althofen.
Han pasado veintitrés meses desde entonces, meses dramáticos, muy largo, deprimente, caótico, inesperado e inconcebible, durante el cual cualquier contacto con el patchwork, por obligación o prudencia, permaneció confinado dentro de la casa.
yo recuerdo eso, en primavera, la llegada de la vacuna me dio un soplo de esperanza, pronto empañado por los boletines aplazados sine die la salida de este túnel malvado que nos dio China.
No hace falta mencionar el Festival de Edredones de Birmingham, especialmente porque la situación sanitaria en las Midlands empeoraba, y también las complicaciones derivadas de la Brexit hacen todo lo posible para disuadirme de frecuentar la tierra de los albiones. Confieso que, aunque amo mucho a Alsacia, el escenario perfecto para el Carrefour Européen du Patchwork, a regañadientes ya me había rendido; Hay demasiados riesgos de contagio asociados con el largo viaje en tren o autobús.. El avión, usted ya sabe, No me gusta, y conducir el coche por 1700 chilometri (entre allí y de regreso) hubiera sido un gran estrés para el mío sherpa/fotógrafo / guía / intérprete /webmaster/manitas / etc.
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Mi sbagliavo. Usted sabe qué noticias, direte voi. Pero la novedad es, a saber, que nunca estaba tan feliz de estar equivocado. Creo que por un tiempo se dio cuenta de que en mi post sombra de la fatiga, parece un pesimismo velada en lo que se refiere a la patchwork, como si hubiera dejado de esperar en el horizonte del mar debería aumentar este hilo de humo, medios de colores, y que estaban disolviendo las ilusiones a las que siempre se han aferrado desde que empecé a cortar y coser los fragmentos de tela. Confieso que, antes, algunos han hecho su peor desmoralizar, esto a pesar de todo lo que han sufrido y todo lo que podía haberse detenido, pero últimamente no pude soportar la incomodidad que me causaba la sensación de estar presenciando una puesta de sol, el plegado de las patchwork sobre sí misma, la repetición de temas visto, las articulaciones en la dirección del efecto puro, las actuaciones poco realistas en la que carecían tanto de la técnica que la técnica, e, llaga, la pequeñez de un cambio generacional que promete. Las primeras grietas se formaron hace unos años, Cuando eran demasiado frecuentes ya visto, la impresión de sopa calienta sólo para entender, y de recibir elogios y premios eran los nombres de los sospechosos habituales. Ah, lo que es un error de mi! Estaba ciego, pero ahora veo. Quien hizo el milagro? Un nombre: 25Patchwork Europea °.
Rimango sempre sorpresa quando mi salta in mente una parola che nulla ha a che fare con la situazione nella quale mi trovo e che è la sintesi perfetta della situazione nella quale mi trovo. La parola in questione è “girasoli”, che poi sarebbe anche il titolo di questo post. Como ya se sabe, io godo dei servizi personalizzati di una piccola agenzia turistica, talmente piccola che quando viaggio viene via con me. Ebbene, quella sera si era lì, io e la mia agenzia, a gustarci una Edelweiss placidamente seduti al tavolino di una brasserie alsaciano, quando, a tradimento, ecco che ti arriva quella constatazione: perché siamo qui noi due?
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