O eso uno espera.
Aunque Trenitaglia mató a Thello, el cómodo tren nocturno que nos llevó a Dijon, mi agencia de turismo personal encontró la manera de llevarme a Sélestat e, ça va sans dire, hazme ir a casa. Tanto es así que se sabe, no es fácil partir hacia Europa desde callejón sin salida donde yo vivo, al menos en tren, y aunque te tentara el avion (que no amo) los vuelos directos al norte de Europa se cuentan con los dedos de una mano.
Allora, nos vemos arriba?
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